jueves, 3 de junio de 2010

Que extraña pared


Solo sacarás de mí una mirada orgullosa que oculta tras de sí mil océanos de piedra, mil océanos de lágrimas y algo más que puro sentimiento. Solo sacarás de mí una mirada indiferente que grita por dentro sin ser escuchada. No sacarás de mí algo más que una terca palabra, cuyo significado es algo más que nunca lograrás entender. No sacarás de mí lo que quieras oír, aunque sepas que muero por decirlo. Solo sacarás mis sentimientos duros y dolidos, esa máscara que tapa los verdaderos sentimientos, cuyo objetivo es engañar y volver a engañar, para no mostrar lo que verdaderamente siento. Barrera, una barrera sin sentimientos ni compasión, que habla sin hablar, que siente sin sentir, que piensa sin pensar. Solo actúa, actúa por instinto. Por que esa es su función. Actuar, no mostrar. Esconder, engañar. No busca comprensión, no busca nada. Una barrera inteligible, donde no hace falta compasión, rabia o amor para comprenderla, solo sentirla. Una barrera de ladrillo, demasiado alta para alcanzar a ver más allá, y demasiado honda para escavar. Una barrera dura, que en el momento más inesperado, una suave brisa puede hacerla tambalearse. Segundos, minutos, horas. Las brisas no duran eternamente. Brisas, espera brisas, que logren derrumbarla al fin, que quede tan destruida que no pueda volver a elevarse. Esperanza, quiere esperanza, si no queda esperanza no queda nada. Golpéala, dáñala, intenta romperla. No sacarás más de ella de lo que no has sacado ya.

1 comentario: